La importancia del control de plazos y vencimientos procesales en la gestión judicial

En el ámbito jurídico, el tiempo es tan importante como la ley misma. Un escrito presentado fuera de plazo, una audiencia olvidada o un vencimiento no controlado puede generar consecuencias gravísimas:

Pérdida de derechos, caducidad de instancias, sanciones e incluso la responsabilidad profesional del abogado.
Por eso, el control de plazos y vencimientos procesales se ha convertido en una de las tareas más críticas dentro de la procuración y la gestión de expedientes judiciales.

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Evitar caducidades y perenciones:

La falta de impulso procesal por un tiempo determinado puede llevar a la caducidad del expediente.

Cumplimiento de obligaciones procesales:

Los códigos procesales fijan términos estrictos para contestar demandas, ofrecer pruebas o interponer recursos.

Prevención de nulidades:

Actos procesales fuera de término son inválidos, afectando la estrategia de defensa.

Confianza del cliente:

El seguimiento profesional de plazos genera seguridad y seriedad en la representación legal.

Herramientas modernas de control

Hoy en día, el control de plazos no depende únicamente de la memoria o de una agenda en papel. Existen herramientas que facilitan esta tarea:

Sistemas judiciales electrónicos:

Lex100, MEV, sistemas provinciales y plataformas administrativas.

Calendarios digitales compartidos

(Google Calendar, Outlook).

Software de gestión de estudios jurídicos:

Permiten cargar vencimientos, asignar responsables y enviar recordatorios automáticos.

Alertas personalizadas por correo o WhatsApp:

Útiles para recordatorios inmediatos en equipos de trabajo.

La función del procurador en el control de plazos:

-Carga diaria de novedades procesales.

-Notificación inmediata al abogado responsable.

-Control de agendas de audiencias y vencimientos.

-Presentación oportuna de escritos de mero trámite para evitar caducidades.

-Gestión de pedidos urgentes como habilitación de feria o pronto despacho.

Buenas prácticas recomendadas:
-Revisar diariamente las notificaciones electrónicas.
-Mantener una agenda compartida entre procuradores y abogados.
-Asignar responsables claros para cada expediente.
-Planificar con anticipación los vencimientos relevantes.
-Utilizar doble control (humano + digital).

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